En una primera reacción, Mursi, enfrentado durante su presidencia a una protesta popular que alcanzó su culmen en los últimos días, afirmó que este "golpe de Estado es rechazado por todos los hombres libres del país", haciendo temer el riesgo de que continúe el pulso.
El anuncio del ejército provocó una explosión de alegría en la plaza Tahrir de El Cairo, donde desde hacía días decenas de miles de manifestantes exigían la renuncia de Mursi.
Este abrupto desenlace recuerda la caída del régimen de Hosni Mubarak, que fue derrocado en febrero de 2011 tras 18 días de masivas manifestaciones.
Con la diferencia de que Mubarak, proveniente del ejército, había entregado el poder a la institución militar, mientras que esta vez el ejército confió el poder político al presidente del Tribunal Constitucional, Adly Mansur, hasta la celebración de nuevas elecciones, aunque no precisaron cuánto durará este período de transición.
Asimismo, la Constitución ha sido suspendida, anunció el jefe del ejército y ministro de Defensa, el general Abdel Fatah al Sisi, en un discurso televisivo, acompañado por los principales jefes religiosos del país y el representante de la oposición Mohamed Elbaradei.
"Un comité encargado de examinar los proyectos de enmienda constitucional será formado", añadió el general Sisi. Asimismo, un gobierno que reunirá a "todas las fuerzas nacionales" y "dotado de plenos poderes" estará a cargo de "manejar el período actual", agregó.
Uno de los colaboradores cercanos de Mursi afirmó que el presidente llamó "a los egipcios a resistir pacíficamente a este golpe de Estado".
"Lo que han hecho es ilegal, no tienen autoridad para hacerlo", añadió esta fuente que pidió el anonimato.
En una grabación de vídeo, Mursi asegura: "yo soy el presidente electo de Egipto" y pide al pueblo que "defienda su legitimidad".
La hoja de ruta pergeñada por representantes de la oposición, entre ellos Mohamed ElBaradei, el ejército y líderes religiosos, fue presentada después de que expiró el ultimátum del ejército, a las 14H30 GMT, en el que pedían a Mursi que "atendiera las reivindicaciones del pueblo".
Una parte le acusaba de querer instaurar un régimen autoritario favoreciendo a los Hermanos Musulmanes de cuyo movimiento procede.
--BLINDADOS EN EL CAIRO--
Decenas de miles de opositores de Mursi seguían concentrados en El Cairo y en otras ciudades del país, así como los partidarios del presidente derrocado, mientras que la violencia ya ha dejado un saldo de 47 muertos y centenares de heridos desde el 26 de junio.Decenas de blindados fueron desplegados en El Cairo, bloqueando las vías que llevan al lugar donde están congregados los partidarios de Mursi.
Previo al anuncio del ejército, fuentes de seguridad afirmaron que Mursi, y otros dirigentes islamistas tienen prohibido salir del país, entre ellos el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, y el número dos de la cofradía, Jairat al Shater.
Después de haber rechazado el ultimátum del ejército el martes, Mursi intentó hasta el último momento solucionar la crisis proponiendo "un gobierno de coalición y de consenso con el fin de organizar las próximas elecciones legislativas".
Por su parte, el ministerio del Interior afirmó que respondería "con firmeza" a cualquier acto violento, y el ejército reforzó la seguridad en las sedes oficiales y pidió al personal administrativo de la televisión de Estado que desalojara el edificio.
--MURSI TRAICIONADO--
En El Cairo, miles de personas expresaban su alegría al grito de "¡Egipto!, ¡Egipto!"Sólo esperaba una cosa: la salida de Mursi", afirma Abdel Jalek Abdo, un agricultor de 56 años.
Decenas de miles de manifestantes comenzaron a manifestarse en todo Egipto antes del anochecer, principalmente en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, en donde los manifestantes anti-Mubarak habían manifestado hace unos años.
"Repitió al menos 1.000 veces la palabra `legítimo´, como si nosotros no existiéramos. Su legitimidad emana del pueblo, que hoy manifiesta contra él", dijo Rouaya, una manifestante de 19.
En otros barrios de El Cairo, miles de partidarios de Mursi seguían concentrados en la plaza Rabaa al Adauiya, en Nasr City.
"Mursi fue traicionado, se trata de un golpe de Estado contra un presidente electo", comentó otro partidario de Mursi.
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