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miércoles, 24 de abril de 2013

Estadista que garantiza el equilibrio del país






Las siete vidas de Berlusconi, verdadero triunfador en la crisis de Italia

El verdadero vencedor de la crisis política italiana que parecía llegar a su fin este miércoles es el sempiterno líder de centroderecha Silvio Berlusconi, que ha pasado de ser un personaje desacreditado por escándalos sexuales y embrollos judiciales a un estadista que garantiza el equilibrio del país.
A los 76 años, Berlusconi sigue siendo un personaje clave para Italia y no hay dudas de que desempeñó y desempeñará un papel fundamental en la formación del nuevo gobierno que presidirá el liberal de centroizquierda Enrico Letta, actual vicesecretario del Partido Democrático.
"Berlusconi no logra esconder su felicidad", reconoció Stefano Folli, editorialista del diario económico Il Sole 24 Ore.
El magnate de las comunicaciones se opuso a todo acuerdo entre la centroizquierda liderada por el dimisionario Pier Luigi Bersani y el Movimiento Cinco Estrellas, del cómico antisistema Beppe Grillo, una alianza que amenazaba con decretar su definitiva "muerte" política y la salida del escenario por mucho tiempo.
De la posibilidad de tener que exiliarse como su amigo y mentor socialista Bettino Craxi por el acoso de la justicia italiana frente a las acusaciones de fraude fiscal e incitación a la prostitución de una menor, 'Il Cavaliere' pasó a ser el hombre ecuánime y razonable que Italia necesitaba.
Aseguró además que está dispuesto a apoyar a Letta como jefe de gobierno a cambio de nada, tan solo por el bien del país, aunque todos saben sobre negociaciones secretas con el fin de obtener ministerios importantes. "Tiene un cheque en blanco", comentó Claudio Tito en el diario La Repubblica.
El partido de Berlusconi fue el segundo más votado en las elecciones de finales de febrero, detrás del Partido Democrático, con el que tuvo una diferencia de pocos votos.
El magnate, que estaba apunto de retirarse de la política, logró en un mes recuperar el entusiasmo de su electorado, prometiendo una bajada de los impuestos y apareciendo en todos los medios de comunicación posibles y de todos los colores.
El "generoso" Berlusconi que apostaba desde hace dos meses por un gobierno de coalición nacional, según el ejemplo de Alemania con Angela Merkel, esperó al acecho que sus rivales del PD se consumieran y dividieran ante los ojos del país en una suerte de "suicidio colectivo", como lo llamó la prensa.
Los cálculos le salieron bien y Letta podrá contar con el apoyo de la centroizquierda y la centroderecha, como exigió el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Una solución que la izquierda rechazaba de plano, a sabiendas de que una coalición con el magnate irritaría a buena parte de su electorado.
"Carga con el país en sus espaldas (...) y logra un consenso universal", sostiene el diario de su propiedad Il Giornale, que aspira a que 'Il Cavaliere' llegue a la presidencia de la República.
Berlusconi "ha impuesto sus condiciones" al nuevo gobierno, sostiene el prestigioso jurista Stefano Rodotá, candidato por el movimiento antisistema de Beppe Grillo a la presidencia de la República.
"Ganó pero no arrasó", resumió Giancarlo Santalmassi, de Inpiù, nueva página de internet de expertos políticos en Italia.
Mientras tanto, Berlusconi se fue de viaje a Estados Unidos para participar el fin de semana en la fiesta organizada por su amigo George W. Bush con ocasión de la inauguración del Presidential Center.




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