"Fue una cena muy festiva. Al final, Francisco dijo 'Que Dios les perdone por lo que han hecho'", explicó el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, jesuita como el nuevo papa, el argentino Jorge Bergoglio.
Saliendo de la plaza de San Pedro, donde acababa de aparecer en el balcón ante miles de personas, Francisco no quiso utilizar el coche oficial del Papa (con matrícula SCV1) y volvió en minibús, como el resto de cardenales, a la residencia de Santa Marta, donde estaban instalados.
El nuevo Papa, que este jueves hizo una visita privada a la Basílica de Santa María La Mayor, en Roma, para una ofrenda floral a la Virgen, vivirá en esta residencia hasta que estén a punto los apartamentos oficiales del Palacio pontificio.
El hasta ahora arzobispo de Buenos Aires fue elegido el miércoles por sorpresa como papa de la Iglesia católica tras dos días de cónclave.
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