*Una quinta parte de nuestra población en edad productiva genera riqueza para la economía de Estados Unidos
*La migración origina desintegración familiar, destrucción cultural, abandono del campo, malnutrición, dependencia alimentaria
*Urge que el Estado incremente considerablemente la inversión en el desarrollo de ciencia, tecnología y educación para resolver los problemas nacionales
*Urge que el Estado incremente considerablemente la inversión en el desarrollo de ciencia, tecnología y educación para resolver los problemas nacionales
La riqueza económica que genera el fenómeno de la migración no se transfiere del norte –Estados Unidos– hacia el sur –México, Centro y Sudamérica–, sino desde nuestras naciones hacia la Unión Americana, porque se pierde mano de obra en edad productiva que cada vez es mucho más calificada.
Si bien las remesas son una fuente muy importante de divisas para el país, no se plantea que la fuga del capital más relevante la representa su población, señaló el maestro Víctor Hugo Lares Romero, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al participar en el Foro Migración, Fenómeno Mundial, que se realizó en la Unidad Azcapotzalco.
El Jefe del Departamento de Derecho de esa sede universitaria ponderó que en la llamada era del conocimiento urge que el Estado incremente considerablemente la inversión en el desarrollo de ciencia, tecnología y educación para resolver los problemas nacionales.
Añadió que “si bien la migración representa la tercera fuente de divisas para México, se desecha, por otra parte, que genera múltiples factores negativos: desintegración familiar, destrucción cultural, abandono del campo, malnutrición, dependencia alimentaria, y que una quinta parte de nuestra población en edad productiva origina riqueza para la economía de los Estados Unidos”.
Ante el adverso panorama se cuestionó ¿este país tiene guías? y no sólo se refirió a la responsabilidad de la iniciativa privada, también a la del Estado y su élite política, puesto que la defensa de los trabajadores migrantes mexicanos por parte de las autoridades nacionales resulta insuficiente.
El diputado Alejandro Carbajal González, coordinador de Política Exterior del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, dijo que el fenómeno es grave no sólo en lo económico, sino también en lo social, porque “el Estado ha sido incapaz de brindar a amplios sectores de la población los factores mínimos indispensables y las opciones de desarrollo”.
Por otra parte descalificó que el gobierno asuma el problema como política pública al resaltar que significa uno de los principales ingresos de divisas para el país.
La doctora Ana María Aragonés Castañer, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, expuso que la migración o incentivar la exportación de trabajo por remesas no producen desarrollo, porque la verdadera riqueza reside en la población, en la inversión en educación.La migración debe ser considerada como un problema agravado por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que generó mayor expulsión de población al devastar al campo y las pequeñas empresas transformando la economía en maquiladora.
“Si las remesas –23 mil millones de dólares– aumentan a lo largo del tiempo es porque crece el número de migrantes” y “no son un factor de desarrollo como opinan algunos organismos internacionales que consideran que los recursos pudieran ser aplicados a proyectos productivos, ya que 90 por ciento de las familias canaliza el dinero a consumo básico”.
Aragonés Castañer aseveró que el problema migratorio podría revertirse, si el gobierno tuviera como prioridad la inversión en ciencia, tecnología y educación, como lo hicieron Corea del Sur, Singapur y España, que en épocas pasadas fueron países impulsores de migrantes y hoy son receptores de migrantes, naciones desarrolladas; como ejemplos fracasados señaló a México, Turquía y Filipinas.
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