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martes, 19 de marzo de 2013

Francisco inicia su pontificado con un llamamiento por la paz y el medioambiente

Presentándose como un "humilde" servidor de Dios, el papa Francisco inauguró este martes su pontificado con un llamamiento a luchar por la paz y el medio ambiente, ante más de 100.000 de fieles llegados de todo el mundo a la plaza de San Pedro del Vaticano.
"El verdadero poder es el servicio, y también el Papa, para ejercer el poder (...) debe poner sus ojos en el servicio humilde", afirmó Francisco, que en menos de una semana se ha ganado a muchos creyentes con gestos de sencillez y espontaneidad.
Ante una plaza abarrotada, en la que había 31 jefes de Estado, Francisco instó a los responsables de los ámbitos "económico, político y social" a no dejar que "los signos de destrucción y de muerte" guíen el mundo.
Y citó a San Francisco de Asís, el santo que inspiró su nombre por su defensa de los pobres y de la paz, para pedir "respeto por las criaturas de Dios y por el entorno en que vivimos".
"No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura", agregó, desatando los aplausos de las entre 100.000 y 150.000 personas presentes, según el Vaticano.
Al comienzo de la misa, el papa Francisco recibió el palio (larga estola) de lana blanca con seis cruces rojas que perteneció a su predecesor Benedicto XVI, y el simple anillo de Pescador de plata que ha elegido para su pontificado.
Mientras los fieles asistían con solemnidad a este momento histórico, en Buenos Aires, la ciudad natal del nuevo pontífice, una multitud que seguía en directo la ceremonia a través de pantallas gigantes estalló en aclamaciones y vítores.

La popularidad del nuevo pontífice del fin del mundo, quedó nuevamente demostrada en su recorrido en papamóvil por la plaza antes de la misa solemne.

El papa Francisco saluda a la multitud a su llegada a la plaza de San Pedro del Vaticano este martes por la mañana, para la misa de inauguración de su pontificado.
Francisco, subido en un jeep blanco totalmente descubierto, saludó sonriente y con cariño a los fieles entusiastas que le aclamaban en medio de un mar de banderas, muchas de ellas latinoamericanas, y pancartas en español con lemas como 'Siempre junto al Papa'.
"Es un acontecimiento que abre la visión de la Iglesia. Con el papa Francisco tendremos una Iglesia más cercana al pueblo y al mundo moderno", dijo esperanzado el sacerdote colombiano Rodrigo Grajales, de 31 años.
Antes de presidir la misa, Francisco (el primer papa no europeo y el primer jesuita) rezó ante la tumba de San Pedro, el padre de la Iglesia, situada debajo del altar mayor de la basílica, acompañado por una decena de representantes de las iglesias católicas orientales.
El Sumo Pontífice, que parecía caminar con dificultad, se reunió luego con sus 180 concelebrantes, dirigiéndose todos juntos en procesión hacia el altar erigido en el exterior de la plaza cantando el 'Laudes Regiae', una letanía de invocación en honor a Cristo.
La misa, en latín y griego para recordar a las iglesias de Oriente y Occidente, incluyó también lecturas en idiomas como el inglés o el español.

Por primera vez desde su elección el pasado miércoles, el papa no se salió ni una vez del guión en esta solemne ceremonia, que estaba rodeada de un estricto dispositivo de seguridad.

El papa Francisco recorre la plaza de San Pedro del Vaticano entre la muchedumbre y las banderas de numerosos países del mundo, este martes por la mañana, antes de la misa de inauguración de su pontificado.
Tras la misa, el Papa volvió a la basílica, cuyo balcón estaba adornado con una bandera blanca sin el escudo papal, para quitarse sus ornamentos litúrgicos y recibir a las 132 delegaciones extranjeras.
La presidenta argentina Cristina Kirchner ya se reunió el lunes en privado con el nuevo papa, a quien pidió que intercediera en la disputa que su país mantiene con el Reino Unido sobre la soberanía de las islas Malvinas, bajo control británico desde 1833.

También viajaron a Roma los presidentes de los dos países con el mayor número de católicos del mundo, la brasileña Dilma Rousseff, y el mexicano Enrique Peña Nieto, así como sus homólogos de Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica y Honduras. 

El gran ausente será el papa emérito, Benedicto XVI, quien tras su histórica renuncia el mes pasado, se trasladó a la residencia veraniega papal de Castelgandolfo, cerca de Roma, donde el papa Francisco le visitará el próximo fin de semana.
Antes de iniciar esta histórica jornada, el papa Francisco envió un mensaje en español a sus compatriotas reunidos en una vigilia, pidiéndoles que dejen de lado los "odios" y las "envidias", y "no teman a Dios, que "siempre perdona".
 "Cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño, cuiden la vida, la familia, la naturaleza, cuiden a los niños, cuiden a los viejos, que no haya odio, que no haya peleas", dijo el papa en una llamada telefónica que fue retransmitida por los altavoces.

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