Londres (AFP)
Entrevista en el 10 de Downing Street, discurso en el Parlamento, té con la
reina... Angela Merkel será recibida el jueves con todos los honores en
Londres por David Cameron, que espera su apoyo al proyecto de reforma de
la UE.
El primer ministro británico desplegará para su homóloga alemana "una
alfombra más roja que roja", según la definición de un alto funcionario que
tuvo gran repercusión en la prensa.
Tales atenciones se deben en parte a que Merkel se ha mostrado
conciliadora con los aires reformistas de Cameron, al menos un poco más
que el presidente francés, François Hollande.
Cameron -presionado por los euroescépticos de su campo y por la pujanza
del partido populista y eurófobo UKIP a poco de las elecciones europeas- se
comprometió a recuperar ciertas prerrogativas cedidas en el pasado a
Bruselas y "a mejorar el funcionamiento de la UE".
Tras esto, pretende convocar un referéndum, en 2017, para preguntar a los
británicos si quieren seguir perteneciendo a la UE.
Ante tal proyecto, Merkel se declaraba en enero de 2013 "dispuesta a
discutir los deseos británicos", pero añadió: "no tenemos que perder de
vista que otros países tienen también sus deseos y al final tenemos que
encontrar un compromiso equilibrado".
Siete meses más tarde, en agosto, complacía a Londres con estas
declaraciones. "Se habla de nuevas competencias para Europa, pero quizás
tendríamos que preguntarnos: ¿no deberíamos restituir algunas (a los
gobiernos nacionales)?"
Resultado, el ministro de Asuntos Exteriores
británico, William Hague, dijo antes de la visita: "nuestras relaciones con
Alemania son muy importantes, nuestras relaciones con Angela Merkel son
muy buenas, y juntos queremos asegurarnos de que Europa sea más
competitiva, más flexible y más respetuosa con la democracia de lo que lo
es hoy".
- El lugar de Londres está en la UE -
"Deseamos una Gran Bretaña fuerte y activa en la Unión Europea", dijo por
su parte el portavoz de Merkel, Steffen Seibert.
"Berlín quiere conservar a Gran Bretaña en la UE, pero no a cualquier
precio", precisó Almut Möller, experta del Consejo Alemán de Relaciones
Internacionales (DGAP), un centro de debate berlinés.
"Los alemanes no tienen, naturalmente, ningún interés en perder a los
británicos, socios incómodos pero importantes, porque están abiertos al
mundo, defienden el libre comercio y están comprometidos con los temas
de seguridad", según ella. "Lo que Cameron necesita son socios europeos
dispuestos a discutir con él una 'membresía light'" en el club de los 28.
Sin embargo, cuando la AFP le pregunta a Simon Hix, profesor de la London
School of Economics, qué puede lograr Cameron de Merkel, su respuesta es:
"no gran cosa".
La prioridad de Merkel es "reparar el euro". Además, "no tiene las manos
libres en el seno de la gran coalición en Berlín", el gobierno con los
socialdemócratas, "que tienden a considerar que Cameron se expresa en
nombre de los intereses bancarios británicos", dijo Hix.
Cualquier concesión, como el permiso para derogar ciertas normas en el
ámbito social, o garantías para los países que no son miembros de la zona
euro, como Reino Unido, serían buenas para Cameron, aseguran los
analistas.
Y el jueves, el primer ministro estará dispuesto a ver el vaso medio lleno
cuando llegue la rueda de prensa con Merkel. Antes, la canciller se dirigirá
a las dos cámaras del Parlamento en la Galería Real del Palacio de
Westminster.
El presidente alemán, Richard von Weizsäcker, ya se dirigió a las dos
cámaras en 1986, pero es la primera vez que lo hace el jefe de gobierno.
Más tarde, tomará el té con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham.
Deseando subrayar las diferencias con la reciente visita de Hollande, los
medios británicos recordaron que el presidente francés tuvo que contentarse
con un almuerzo en un pub.