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martes, 10 de abril de 2012

¿Quién califica a las agencias de califiación?

Calificación de riesgos
Standard&Poor’s (S&P), Moody’s y Fitch llevan años en el ojo del huracán

Sus análisis no detectaron la situación real de grandes grupos empresariales, como Enron o WorldCom.


España / Ciberpasquinero / EFE

Las agencias de calificación de riesgos, con las tres grandes a la cabeza -Standard&Poor’s (S&P), Moody’s y Fitch- llevan años en el ojo del huracán. Inicialmente porque sus análisis no detectaron la situación real de grandes grupos empresariales, como Enron o WorldCom, que protagonizaron después sonadas quiebras y, más tarde, porque concedieron las máximas notas, la célebre “triple A”, a productos financieros de calidad ínfima, como los paquetes de hipotecas basura, comportamiento que está en la base de la actual crisis económica. 
Sin embargo, en Europa, las críticas más intensas llegaron a raíz de la llamada crisis de la deuda soberana, que se desencadenó en Grecia. 
Políticos de todo signo pusieron en tela de juicio la neutralidad de las agencias de calificación y plantearon la necesidad de articular una nueva normativa que permitiera meterlas en cintura. 
La mayoría de los analistas coincide en que las agencias tienen un comportamiento procíclico, es decir, que dan buenas notas en época de crecimiento económico y malas calificaciones cuando la coyuntura es negativa, lo que suele empeorar la situación. 
Este hecho fue especialmente grave en el caso de los países que tuvieron que ser rescatados (Grecia, Irlanda y Portugal), ya que la desconfianza de los inversores, y con ella la prima de riesgo, aumentó sustancialmente a cada nota negativa emitida por S&P, Moody’s o Fitch.
Para resolver, o al menos paliar, estas disfunciones se plantearon una serie de ideas, entre ellas la creación de una agencia europea, preferentemente pública, que sirviera de contrapunto a las tres grandes, todas anglosajonas. 

 Este planteamiento no ha cuajado por su elevado coste y porque resultaría poco creíble que una agencia pública europea examinara a los propios estados de la Unión Europea (UE). 
Tampoco pasó los primeros filtros la posibilidad de impedir que las agencias publiquen sus calificaciones en determinados momentos, por ejemplo cuando un país está inmerso en una crisis profunda.
La propuesta de la Comisión Europea (CE) plantea que se obligue a las agencias a calificar la deuda soberana con una periodicidad determinada y a informar previamente a los países afectados. 

Además, facilita la petición de responsabilidades en caso de negligencia.
 ¿Bastará con esas medidas? Para empezar, algunas voces, incluso dentro de las instituciones comunitarias, insisten en ir más allá y recuperar algunas ideas descartadas de momento por la CE, como la suspensión temporal de calificaciones.
 En cualquier caso, la pregunta que subyace en todo este debate es ¿quién controla a las agencias de calificación, sean anglosajonas o europeas? 

¿Quién examina al examinador?

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